miércoles, 8 de abril de 2009

Máxima

Al mal


buena

miércoles, 11 de marzo de 2009

El móvil es un telefono. No al 5033


No soy precisamente dada a la denuncia en mi blog, pero siempre hay una primera vez para todo. Ahora te cuento lo que me ha pasado.


Como faltaban pocas horas para que acabara el plazo de tarificación de mi móvil y no habia consumido el mínimo de mi tarifa, decidí descargarme una canción. No es que me entusiasme, dicho sea de paso, dedicarme a tales menesteres, pero me gusta muchísimo menos pagar por un servicio que no he utilizado.


Pues bien, encontré una que me gustaba (que ya ni recuerdo cuál era) y me puse manos a la obra. Tan fácil como mandar un mensaje con el texto ALTA al 5033. ¿Y qué crees que pasó? Nada, efectivamente, no pasó nada porque de la canción ni la más mínima sombra. En cambio empezaron a llegarme mensajes con noticias tontas porque a ver, a mí qué me importa si fulanito se acuesta con menganita. Conforme llegaban los mensajes iban directos al basurero. ¡Ah tonta de mi que no le di mayor importancia!. A todo esto, ya te he dicho que de la canción ni flores, ¿verdad? eso me parecía a mi.


A los cinco días llegó la factura del susodicho móvil y me quedé de una pieza ya que me estaban cobrando unos mensajes al 5033 que yo no había enviado (huelga decir que el importa de la tal factura superó el consumo mínimo de mi tarifa y con creces). Como te estaba diciendo... ¿qué estaba diciendo? No importa, la cuestión es que tras la consulta al teléfono de atención al cliente de mi conpañía (ya sabes, una de esas llamadas en las que pierdes la paciencia antes de que alguna voz humana te conteste), eso que me dijeron que ese tipo de mensajes los tenía que pagar aunque no los leyera. En fin me dijeron como anularlo y ... ¡ya está! pues no, ¡no está ya! porque en solo cinco días el gasto acumulado hasta la fecha rondaba ya los 32 euros.


Así que por favor, el móvil es para efectuar llamadas y recibirlas. Eso de descargas y demás parentela, nada de nada. Es una vergüenza que te aparezca un número como el modo de descargar una canción (que nunca llega) y resulta que lo que has hecho es activar un "servicio" de información tipo basura. Y me pregunto, ¿alguien puede darse de alta en algo similar de forma consciente? de ser así, sería para llamarle majadero, necio y más porque es una forma genial de tirar el dinero.


Lo dicho, el móvil es para lo que en un principio fue diseñado. De descargas y similares abstenerse y el 5033 anotarlo como un número cargado de abuso y a quien lo ha pergeñado, que se le atranquen las tripas un par de semanas (como mínimo).


Por si no te ha quedado claro, repite conmigo: EL MÓVIL USARLO COMO TELÉFONO, SOLO COMO TELÉFONO!


Que seas muy feliz en la era de las telecomunicaciones. Punto.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Entre dos caminos


Llegamos al final del camino principal y ante nuestra vista aquel camino hecho de seguridad y bienestar se bifurca en dos. ¿Son iguales? No te puedes fiar de las apariencias, ya que parecen iguales pero sólo uno te conducirá a la meta deseada. ¿Cuál debo recorrer? me preguntas con una pizca de picardía y un mucho de impaciencia. No lo sé, es tu camino, sólo tú conoces la respuesta, le contesto al punto dejándome llevar por la simpatía que me inspiras y el inmenso respeto hacia tu vida, tu persona y tus decisiones.


No puedo decidir por ti, no puedes decidir por mi. Que cada cual cometa sus propios errores libremente escogidos; que cada cual se equivoque en la elección hecha sin imposiciones; que cada cual, al fin, sienta suyo el camino elegido. El acierto será suyo al igual que el error porque nada hay totalmente verdadero o falso, todo tiene un poco de las dos cosas al igual que la bifurcación del camino cuando una etapa finaliza.


Foto tomada prestada de la red


jueves, 26 de febrero de 2009

Para cuándo dice que lo quiere

Juan trabaja en un taller de reparación de automóviles. La señora Pp le ha llevado su utilitario apurada por la extrema necesidad que tiene de él. Imagina cuál será la respuesta a la pregunta que le formula Juan "¿Para cuándo dice que lo quiere?"


La señorita Zp se acaba de comprar un piso, y claro... "¿Para cuándo dice que lo quiere?". Baste decir que está viviendo de prestadillo en casa de unos amigos.


Se te ha estropeado el ordenador y lo necesitas para trabajar. Puedo imaginar tu respuesta cuando el técnico te pregunte: "¿Para cuándo dice que lo quiere?"


la tele hace aguas (bueno, en realidad hace nieve), parece ser que la antena tiene problemas. El técnico de turno se presenta, echa un vistazo y te dice: "¿Para cuándo dice que lo quiere?" mientras estás pensando en el partido de la noche.


Y así podría citar montones de situaciones parecidas. Pero veamos la otra cara del asunto: cómo reaccionan los interpeladores al recibir la respuesta de los interpelados. Tal vez guarden muy bien las apariencias, pero no me extrañaría nada que fuera lo que a continuación te muestro


viernes, 20 de febrero de 2009

Me pongo mi cara de papel



Me pongo mi cara de papel
porque es carnaval


Me pongo mi cara de papel
cuando deseo esconderme


Me pongo mi cara de papel
porque es carnaval

Me pongo mi cara de papel
cuando huyo de tus ojos

Me pongo mi cara de papel
cuando...





viernes, 13 de febrero de 2009

Observar un cuadro

Recuerdo un programa de televisión de hace ya algunos años, en el que se comentaba un cuadro. En primer lugar alguien hablaba de su autor, de su época, y hacía referencia a su estilo y demás características pictóricas. A continuación una serie de personas de todas las edades y condiciones expresaban sus impresiones, en definitiva, lo que el cuadro les sugería.


Pues bien, aunque no se trata de ninguna obra de arte al uso, sí me gustaría comunicarte esas pequeñas cosas que me dice esta foto, porque las fotografías, al igual que los dibujos, hablan, eso sí, a cada uno le dicen cosas distintas aún tratándose de la misma inamovible imagen. Te invito a que compartas lo que a ti te dice.


Parecen iguales pero todas son diferentes. Incluso las de la misma especie o familia son distintas unas de otras.


Mezcla de colores, variedad agradable a la vista, aunque los ojos no lo perciban en toda su grandeza.


Las hojas verdes hacen de alfombra, no para que la pisoteen, sino para cobijar aquellas flores que son más frágiles y fácilmente se pueden romper.


Pintas rojas casi imperceptibles, botones amarillos en un manto blanco, sinfonía de colores, dulce ritmo de sonidos minúsculos bailando al compás de la vida.


Añoranza de otro tiempo, anhelo de un futuro no existente, agradecimiento por un presente que es lo que expresa mediante un lenguaje que sólo se comprende sin articular palabras.


Feliz fin de semana, amigo.


jueves, 5 de febrero de 2009

Sin palabras o... casi

Escucha el sonido sin palabras


Escucha el silencio que no lo es



No olvides que también el silencio puede hacer mucho ruido




miércoles, 28 de enero de 2009

Todo es posible, incluso el miedo

Había salido a comprar como cada mañana. La tienda de la esquina estaba abierta y a diferencia del resto de la semana, los lunes estaba prácticamente vacía. Lo que me llamó la atención fue que estuviera sirviendo en la calle, el establecimiento permanecía envuelto en una oscuridad inusual. Compró algo de carne para ese día y no acababa de comprender por qué se la habían servido cocida, no obstante no dijo nada pues para el resto de clientes aquello parecía ser de lo más normal.

Pensaba cómo le iba a decir a su hija lo ocurrido en la tienda cuando un coche paró a su altura, le preguntaron por un colegio que ella conocía y decidió acompañarles hasta la puerta ya que no había forma de hacerse entender por el conductor del vehículo.

Una vez llegaron al colegio, pensó que necesitaba algo de pan y como ya estaría cerrada la panadería, qué mejor que pedírselo a las monjas. La puerta estaba ya cerrada pues los alumnos acababan de salir de clase, así que tuvo que hacer valer su amistad con aquellas monjas para que el portero le permitiera acceder a su interior.

Con el pan y la carne fue al encuentro de su hija que de repente apareció por los alrededores. Decidieron ir a recoger el coche para ir a casa. No llevaban ni un minuto caminando cuando el cielo empezó a oscurecerse. Miró hacia el cielo esperando verlo cubierto de nubes pero no las encontró, simplemente se estaba haciendo de noche, lo extraño es que eran las 3 de la tarde y aquello no podía estar ocurriendo.

Decidieron que la hija se adelantaría para recoger a su madre con el coche. Aquella desapareció de su vista en un abrir y cerrar de ojos, el mismo tiempo que tardó en oscurecerse completamente, pero no era una oscuridad normal, aquella negrura asfixiaba, presagiando algo indescriptible pero que provocaba el pánico. Sólo tenía una preocupación, y era si su hija estaría a salvo, si habría llegado hasta el coche, porque la angustia que sentía era real y estaba claro que algo horrible estaba pasando o estaba a punto de pasar.

Cuando le faltaban escasamente dos o tres metros para alcanzar el coche en el que se suponía la esperaba su hija, un ruido sordo y repentino le hizo estremecerse aún más. Con un gesto rutinario apagó el despertador, abrió los ojos y… todo había sido un sueño.

jueves, 22 de enero de 2009

Mafaldadicta

Me declaro abiertamente y sin tapujos "mafaldadipta". Exactamente es lo que estás pensando. Me encanta esa forma tan peculiar de decir las cosas, sin pelos en la lengua y al mismo tiempo con un deje de humor, o más de bien, de sana ironía.

Para muestra, un botón:



No me dirás que no le falta razón a la buena de Mafalda. (Este mejor no enseñarlo a los hijos)

Tampoco tiene desperdicio la forma tan sutil de ver la paz, su presente y muy posiblemente, su futuro. Observa y no pierdas detalle:



Aunque para surrealismo el siguiente:



Es difícil pasar por alto su particular forma de entender el mundo, y no digamos de los gobernantes:




No obstante, lo más alucinante es cuando se dirige a sus padres, creo que empiezan a temblar cuando Mafalda abre la boca, porque tiene preguntitas de aupa.



Muchas cosas podría deciros de Mafalda. pero por ahora lo dejaremos como está. Sólo he pretendido tocar algunas conciencias, provocar alguna sonrisa y compartir algo de mí.


Feliz día.

jueves, 15 de enero de 2009

Frases hechas y refranes


Toc, toc
Hola viejo, ¡cuánto tiempo sin verte!
Parece que estamos de buen humor
Si te digo que me dejes en paz, ¿lo harás?
(parece que está en plan gallito) No
Pues lo dicho, ¿qué hay de nuevo viejo?
(¿viejo?, este se va a enterar) Lo de viejo va por ti, ¿no es así?
(ya empieza a marear la perdiz) Chico, solo es una forma de hablar: ¿qué hay de nuevo viejo?, ¿cómo tú por aquí y la cárcel vacía?, ¿qué te trae por estos lares? En fin, frases hechas sin ningua malévola intención escondida.
(creo que me está tomando el pelo, en fin...) Si quieres hablar de las frases hechas, haberlo dicho antes.
En realidad no quiero hablar de nada pero si te empeñas, lo haremos. La experiencia contigo me ha enseñado que siempre te sales con la tuya.
Oye, viejo, no me seas tan suspicaz, si lo sé no vengo (vaya una frase hecha, jejejeje)
De acuerdo, tú ganas, pero dímelo hilando, tengo cosas que hacer
¿Qué estás hilando?
(este tío no se entera de la misa la media) Es una forma de decirte que digas lo que has venido a decir porque tengo poco tiempo y mucho por hacer
No hace falta que seas tan grosero, simplemente he pasado a visitarte
Pues ya ves lo que hay, mucho hambre y poco pan
¿Acaso no comes lo suficiente?, pues si tienes hambre, cómete el dedo grande (jejeje, ésta ha sido buena)
¿Pero quién habla de comer? digo que vayas al grano, empiezas a ponerme de los nervios
¿Y, dónde está el grano?
Yo que sé, en el granero, en los campos de trigo,... ¿por qué estamos hablando de grano?
Menos ínfulas muchacho, tú me has dicho que vaya al grano
(a veces parece tonto, si no lo es más es porque no practica) Se trata de una frase hecha, simplemente quiero decir que no te andes por las ramas y vayas directo a la cuestión que te ha traído por aquí
Ya te he dicho que he pasado a visitarte, sólo eso
Pues ala, ya me has visto, así que aire.
(¿aire...?) ¿Tienes mucho viento por aquí?
(es que no se entera, brrrr...) Quiero decir que si has venido a verme y ya me has visto, entonces puedes marcharte ya
Oye, tampoco hace falta ponerse tan borrico
Lo siento. Te lo diré de otra forma: Adios
Eso me recuerda algo: a Dios rogando y con el mazo dando
Bien parece que empiezas a entender el arte de los refranes y las frases hechas (ahora solo hace falta que se dé por aludido y se pire)
(¿pire? ¿y si me ha dicho...? Por si acá, tu padre) Creo que a tí te pasa lo que decía la abuela a cerca del mortero y los ajos. El caso es que lo recuerdo bien. Lo decía cuando alguien quería hacer muchas cosas a la vez y acababa todo manga por hombro
(pues sí que ha espabildado este y paicia tonto cuando lo compramos) Muchos ajos el mortero, no los maja el majadero.
Eso, gracias, eso es lo que decía la abuela. Chico qué memorión, tienes memoria de elefante
(¿por qué estamos hablando de ajos?) Oye amigo...
¡Qué alegría me has dado!, me has llamado amigo, chico cómo me has emocionado
... tengo un trabajo pendiente y lo he de entregar esta misma tarde y a este paso voy a llegar, como siempre, en el tren de la una
¿En el tren...?
No más preguntas, por favor. Que si te dan cuerda, te enrollas como una persina. Aquí se despide el duelo y hasta más ver.
(¡no te digo! me ha dejado más cortado que, que, que..., ) Me has dejado de piedra, pero no te preocupes que ya desaparezco,
(no caerá esa breva) No te lo tomes a mal, es que estoy muy liado y..., ¡hasta luego Lucas!
Yo no me llamo...
Chisssssssss

Si quieres saber más de estos personajes, echa un vistazo a Toc, toc, ¿quién soy? y Del saber y el conocer, de este mismo blog.

lunes, 12 de enero de 2009

Dos realidades



No hay un antes sin un después. y no hay un después sin un antes. ¿Te has parado a pensar, amigo, lo relativo que es todo? Hablamos casi siempre por referencias.


Un día abro mi balcón y veo el parque nevado. Una fina capa de nieve ha visitado mi terruño. La novedad del hecho en una ciudad como Zaragoza, hace que nos parezca algo asombroso. Por otros lares, acostumbrados a grandes nevadas, pensarán y con razón, que esto no es para tanto. Un ejemplo sencillo de la relatividad que nos envuelve ¿o tendría que decir de la forma como percibimos lo que nos rodea? Hablamos, pensamos, sentimos, oímos, vemos, tocamos, ... según como somos. Mucha nieve, digo yo, pero tú tal vez digas que eso no es nevar. Y sin embargo los dos tenemos razón. ¿Vamos a discutir por eso? Cada uno tiene su razón, cierto, pero eso no significa que una se tenga que anteponer a la otra. Yo conozco tu razón, conozco la mía y ambas se encuentran a la misma altura. No discutimos, no imponemos, no juzgamos, solo escuchamos y respetamos.

Si ese es mi parque nevado, ¿qué es este otro?