martes, 6 de enero de 2009

Querida hija


Recuerdo aquel día de mayo en el que por primera vez te tuve entre mis brazos. Pequeña, los ojos cerrados, la boquita cerrada, las manos sobre mi palma, la paz que irradiabas. Viniste al mundo tras 67 horas de dolor, pero eso ya había pasado al olvido, solo tenía ojos para mirarte y asombrarme de que una cosa tan perfecta hubiera salido de mi, me parecía el mayor milagro que puede existir.

Luego vinieron los llantos durante las 24 horas del día, el no dormir, el pensar qué podía hacer para que estuvieras bien. Es normal que llore, me decían, todos los bebés tienen problemas con los cólicos, ya se callará, no te preocupes. Pero yo no podía dejar de preocuparme, pensaba que algo malo te pasaba y eso me hacía sufrir. Empecé a derramar lágrimas por tí ante mi impotencia por conseguir que estuvieras bien.

Recuerdo la primera vez que levantaste tu cabeza desde la cuna, fui corriendo a por la cámara de fotos y estuve dos horas esperando a que volvieras hacerlo para dejarlo plasmado en una foto que guardo con otras muchas que le siguieron. Muchas veces hemos visto juntas los albumes de fotos, ya que fui recogiendo tu día a día, tus logros, tus avances, tus primeras palabras, tu primer día de guardería con una mochila más grande que tú pero que te negaste a quitarte una vez te la puse, tu primera canción, ¿la recuerdas? "había una vez un barquito chiquitito..." aunque tuve que adivinarla pues con tu lengua de trapo solo decías "o podía avegar, uno cuato seis y si estas toria".

A la guardería le siguió el colegio. Te enfadabas cuando llegaban las vacaciones y si caias enferma, me hacías ir al cole para cogerte los deberes. ¿Te acuerdas cuál fue la nota más baja que tuviste durante toda tu andadura escolar? Fue en tercero de infantil, te pusieron un necesita mejorar en cortar con tijeras. Te enfurruñas cada vez que te lo recuerdo, pero es una forma de decirte lo orgullosa que estoy de ti.

Con el paso de los años llegaron los primeros problemas con las amigas, con tus primos, y por supuesto, con tu madre. Menos mal que siempre se nos ha dado bastante bien dialogar y fácilmente hemos resueltos los problemillas. Al principio eran los por qué, bueno al principio, en medio y siempre. Apenas aprendiste a hablar e incluso antes y ya empezaste a preguntar por todo, y eso siguió, y siguió y sigue. En ocasiones te decía, "anda mira a ver en el pasillo que las orejas se me han ido de paseo". Lo bueno es que la primera vez saliste disparada a buscarlas, pero en adelante te limitabas a mirarme con ojos de "no me lo creo".

Creo que tu vida ha sido, hasta el momento, feliz y me alegra haberte proporcionado, siempre que me ha sido posible, una infancia, adolescencia y más, todo lo agradable posible, esa era una de mis intenciones, ya que para sufrir siempre hay tiempo.

Esos tiempos han traídos estos. Ahora eres tú quién decide lo que quieres, sabes que cuentas con mi apoyo y siempre que me llames, ahí estaré. Te he enseñado a valorar el respeto a las personas y a uno mismo, te he enseñado a tener paciencia, a creer en tí misma. Sólo un deseo tengo para tí y aunque parezca un tópico, es que seas feliz.

Todo empezó un 10 de mayo de 1990.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Una carta muy emocionante, amiga, pues así la entendí. Tu hija sin duda también se sentirá muy orgullosa de ti. Hay mucho amor en tus palabras. Tener un hijo tiene que ser algo maravilloso. Me encantó leerte hoy. Un beso muy grande y mis mejores deseos para ti y los tuyos. Cuídate.

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Cuanta ternura desprende tu carta. Es una de esas prendas que debieran guardarse para que el tiempo les de solera. Imagina a tu hija leyéndola en un par de décadas.

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Saludos, Goathe.

Trini Reina dijo...

Los hijos y su luz.

Muy bella esta carta a tu hija.
Qué más puede pedir una madre que la felicidad para sus hijos.

Besos

marina montecristo dijo...

Muy bonita tu carta llena de ternuna y amor.
Abrazos desde mi Mar de Libertad

LUISA M. dijo...

Muy bonito este texto que dedicas a tu hija. Entrañables los recuerdos y emotiva tu forma de expresarlos.
Felicidades a ti por esa hija y a tu hija por tener una madre que la quiere tanto.
Besos.