martes, 14 de diciembre de 2010

En esta tierra


Hace ya unos cuantos años, alguien me dijo que los de por aquí hablábamos muy mal. Se refería a mi familia. Yo me quedé con la copla aunque no le dije nada, ya sabes, los niños es mejor que estén calladicos delante de los mayores. El caso es que un buen día me percaté de que lo que hacíamos era utilizar muchas palabras y expresiones típicamente aragonesas, de la tierra. Lejos de achicarme, me propuse que ese espíritu iba a perdurar en lo que a mí se refería, seguiría usando esos vocablos y expresiones le pesase a quien le pesase, que eso me daba y me da igual, y así se lo trasmitiría a mi descendencia, en este caso, a mi hija. A ella le encanta cuando hablo en deje maño, como lo llama ella, y cada día o casi, se sorprende al escucharme decir alguna nueva palabra, y es que me se un montón, no es por presumir, es que me siento orgullosa de mi bagaje, de mi herencia, no en vano me hace recordar a mi madre, pues mucho lo aprendí de ella, lo mamé y nunca mejor dicho.

Como para muestra con un botón basta, allí va un pequeño diálogo entre dos amigos. Anselmo y Serafín. Amigos desde la mili, compadres de toda la vida y claros y francos como los que más.

Se encuentran en casa de Anselmo, charrando de todo un poco y de nada en concreto.

Anselmo..., ¡que esbarras!, que la cosa no fue así. No sabes ni gota de lo ocurrido.

No seas trapazero, si lo sabré yo que estaba allí mesmo.

Mejor lo dejamos estar. Ahora vuelvo que me estoy pixando.

(Se oye un estrapaluzio)

Maño... ¿qu'aces?

Na, que se me ha escacharrau una tasa. Trae el badil pa recoger los piazos y el perrecallo del fregadero pa limpiar el desaguisau.

(Arreglado el estropizio, se sientan en la mesa de la cocina)

¿Qué t'a paizido la feria?

Muy birriosa, no había casi de na.

Mira qué eres desustanziau, de todo te tienes que quejar

Calla y trae una miaja de pan pa pasar la chulla, y una botellica tinto

Jacinta tiene unos tiestos muy majos, tiene mano pa las plantas, en cambio la Manuela es una destarifada, no atina ni de casualidad

No te quejes, que vives a cuerpo de rey.

Pedrico es el que está un poco anieblau últimamente.

No es na, mal de querenzia. Juanita que no le hace ni caso y el mozete anda un poco atontolinau.

¡Ay, juventud, divino tesoro!, ¡quién la pillara!

(Y así, pasan las horas, dando un repasico al vecindario, recordando viejos tiempos y echándose algo a la barriga)

Mi pequeño homenaje a esta tierra y a mi mai.

(imagen, cortesía de la red)

4 comentarios:

Sofía Campo Diví dijo...

¡Anda con la esporrina esta! ¿te acuerdas? jajaj. Un abrazo

Nuria dijo...

Claro que me acuerdo, ¿cuántas veces nos lo dijeron?

Mateo Bellido dijo...

Saludos, Nuria...Pues no te digo yo nada, que soy andalú...Y eso que en mi pueblo paso por fino y espabilau.
Un abrazo.

Fermín Gámez dijo...

En mi opinión, no hay nadie que hable mal. Mientras el idioma sirva para la comunicación y se establezca una comunicación, es siempre válido. Que yo no entienda unas palabras que se digan en una zona determinada no significa que quien emplee esas palabras hable mal. Igual al contrario, si yo empleo palabras o dichos que no se entienden por ahí arriba, no significa que un andaluz hable mal.

Aparte de este comentario, me ha encantado el texto que has escrito, con expresiones que despiertan mi curiosidad filológica.

Un saludo.