miércoles, 28 de enero de 2009

Todo es posible, incluso el miedo

Había salido a comprar como cada mañana. La tienda de la esquina estaba abierta y a diferencia del resto de la semana, los lunes estaba prácticamente vacía. Lo que me llamó la atención fue que estuviera sirviendo en la calle, el establecimiento permanecía envuelto en una oscuridad inusual. Compró algo de carne para ese día y no acababa de comprender por qué se la habían servido cocida, no obstante no dijo nada pues para el resto de clientes aquello parecía ser de lo más normal.

Pensaba cómo le iba a decir a su hija lo ocurrido en la tienda cuando un coche paró a su altura, le preguntaron por un colegio que ella conocía y decidió acompañarles hasta la puerta ya que no había forma de hacerse entender por el conductor del vehículo.

Una vez llegaron al colegio, pensó que necesitaba algo de pan y como ya estaría cerrada la panadería, qué mejor que pedírselo a las monjas. La puerta estaba ya cerrada pues los alumnos acababan de salir de clase, así que tuvo que hacer valer su amistad con aquellas monjas para que el portero le permitiera acceder a su interior.

Con el pan y la carne fue al encuentro de su hija que de repente apareció por los alrededores. Decidieron ir a recoger el coche para ir a casa. No llevaban ni un minuto caminando cuando el cielo empezó a oscurecerse. Miró hacia el cielo esperando verlo cubierto de nubes pero no las encontró, simplemente se estaba haciendo de noche, lo extraño es que eran las 3 de la tarde y aquello no podía estar ocurriendo.

Decidieron que la hija se adelantaría para recoger a su madre con el coche. Aquella desapareció de su vista en un abrir y cerrar de ojos, el mismo tiempo que tardó en oscurecerse completamente, pero no era una oscuridad normal, aquella negrura asfixiaba, presagiando algo indescriptible pero que provocaba el pánico. Sólo tenía una preocupación, y era si su hija estaría a salvo, si habría llegado hasta el coche, porque la angustia que sentía era real y estaba claro que algo horrible estaba pasando o estaba a punto de pasar.

Cuando le faltaban escasamente dos o tres metros para alcanzar el coche en el que se suponía la esperaba su hija, un ruido sordo y repentino le hizo estremecerse aún más. Con un gesto rutinario apagó el despertador, abrió los ojos y… todo había sido un sueño.

jueves, 22 de enero de 2009

Mafaldadicta

Me declaro abiertamente y sin tapujos "mafaldadipta". Exactamente es lo que estás pensando. Me encanta esa forma tan peculiar de decir las cosas, sin pelos en la lengua y al mismo tiempo con un deje de humor, o más de bien, de sana ironía.

Para muestra, un botón:



No me dirás que no le falta razón a la buena de Mafalda. (Este mejor no enseñarlo a los hijos)

Tampoco tiene desperdicio la forma tan sutil de ver la paz, su presente y muy posiblemente, su futuro. Observa y no pierdas detalle:



Aunque para surrealismo el siguiente:



Es difícil pasar por alto su particular forma de entender el mundo, y no digamos de los gobernantes:




No obstante, lo más alucinante es cuando se dirige a sus padres, creo que empiezan a temblar cuando Mafalda abre la boca, porque tiene preguntitas de aupa.



Muchas cosas podría deciros de Mafalda. pero por ahora lo dejaremos como está. Sólo he pretendido tocar algunas conciencias, provocar alguna sonrisa y compartir algo de mí.


Feliz día.

jueves, 15 de enero de 2009

Frases hechas y refranes


Toc, toc
Hola viejo, ¡cuánto tiempo sin verte!
Parece que estamos de buen humor
Si te digo que me dejes en paz, ¿lo harás?
(parece que está en plan gallito) No
Pues lo dicho, ¿qué hay de nuevo viejo?
(¿viejo?, este se va a enterar) Lo de viejo va por ti, ¿no es así?
(ya empieza a marear la perdiz) Chico, solo es una forma de hablar: ¿qué hay de nuevo viejo?, ¿cómo tú por aquí y la cárcel vacía?, ¿qué te trae por estos lares? En fin, frases hechas sin ningua malévola intención escondida.
(creo que me está tomando el pelo, en fin...) Si quieres hablar de las frases hechas, haberlo dicho antes.
En realidad no quiero hablar de nada pero si te empeñas, lo haremos. La experiencia contigo me ha enseñado que siempre te sales con la tuya.
Oye, viejo, no me seas tan suspicaz, si lo sé no vengo (vaya una frase hecha, jejejeje)
De acuerdo, tú ganas, pero dímelo hilando, tengo cosas que hacer
¿Qué estás hilando?
(este tío no se entera de la misa la media) Es una forma de decirte que digas lo que has venido a decir porque tengo poco tiempo y mucho por hacer
No hace falta que seas tan grosero, simplemente he pasado a visitarte
Pues ya ves lo que hay, mucho hambre y poco pan
¿Acaso no comes lo suficiente?, pues si tienes hambre, cómete el dedo grande (jejeje, ésta ha sido buena)
¿Pero quién habla de comer? digo que vayas al grano, empiezas a ponerme de los nervios
¿Y, dónde está el grano?
Yo que sé, en el granero, en los campos de trigo,... ¿por qué estamos hablando de grano?
Menos ínfulas muchacho, tú me has dicho que vaya al grano
(a veces parece tonto, si no lo es más es porque no practica) Se trata de una frase hecha, simplemente quiero decir que no te andes por las ramas y vayas directo a la cuestión que te ha traído por aquí
Ya te he dicho que he pasado a visitarte, sólo eso
Pues ala, ya me has visto, así que aire.
(¿aire...?) ¿Tienes mucho viento por aquí?
(es que no se entera, brrrr...) Quiero decir que si has venido a verme y ya me has visto, entonces puedes marcharte ya
Oye, tampoco hace falta ponerse tan borrico
Lo siento. Te lo diré de otra forma: Adios
Eso me recuerda algo: a Dios rogando y con el mazo dando
Bien parece que empiezas a entender el arte de los refranes y las frases hechas (ahora solo hace falta que se dé por aludido y se pire)
(¿pire? ¿y si me ha dicho...? Por si acá, tu padre) Creo que a tí te pasa lo que decía la abuela a cerca del mortero y los ajos. El caso es que lo recuerdo bien. Lo decía cuando alguien quería hacer muchas cosas a la vez y acababa todo manga por hombro
(pues sí que ha espabildado este y paicia tonto cuando lo compramos) Muchos ajos el mortero, no los maja el majadero.
Eso, gracias, eso es lo que decía la abuela. Chico qué memorión, tienes memoria de elefante
(¿por qué estamos hablando de ajos?) Oye amigo...
¡Qué alegría me has dado!, me has llamado amigo, chico cómo me has emocionado
... tengo un trabajo pendiente y lo he de entregar esta misma tarde y a este paso voy a llegar, como siempre, en el tren de la una
¿En el tren...?
No más preguntas, por favor. Que si te dan cuerda, te enrollas como una persina. Aquí se despide el duelo y hasta más ver.
(¡no te digo! me ha dejado más cortado que, que, que..., ) Me has dejado de piedra, pero no te preocupes que ya desaparezco,
(no caerá esa breva) No te lo tomes a mal, es que estoy muy liado y..., ¡hasta luego Lucas!
Yo no me llamo...
Chisssssssss

Si quieres saber más de estos personajes, echa un vistazo a Toc, toc, ¿quién soy? y Del saber y el conocer, de este mismo blog.

lunes, 12 de enero de 2009

Dos realidades



No hay un antes sin un después. y no hay un después sin un antes. ¿Te has parado a pensar, amigo, lo relativo que es todo? Hablamos casi siempre por referencias.


Un día abro mi balcón y veo el parque nevado. Una fina capa de nieve ha visitado mi terruño. La novedad del hecho en una ciudad como Zaragoza, hace que nos parezca algo asombroso. Por otros lares, acostumbrados a grandes nevadas, pensarán y con razón, que esto no es para tanto. Un ejemplo sencillo de la relatividad que nos envuelve ¿o tendría que decir de la forma como percibimos lo que nos rodea? Hablamos, pensamos, sentimos, oímos, vemos, tocamos, ... según como somos. Mucha nieve, digo yo, pero tú tal vez digas que eso no es nevar. Y sin embargo los dos tenemos razón. ¿Vamos a discutir por eso? Cada uno tiene su razón, cierto, pero eso no significa que una se tenga que anteponer a la otra. Yo conozco tu razón, conozco la mía y ambas se encuentran a la misma altura. No discutimos, no imponemos, no juzgamos, solo escuchamos y respetamos.

Si ese es mi parque nevado, ¿qué es este otro?


martes, 6 de enero de 2009

Querida hija


Recuerdo aquel día de mayo en el que por primera vez te tuve entre mis brazos. Pequeña, los ojos cerrados, la boquita cerrada, las manos sobre mi palma, la paz que irradiabas. Viniste al mundo tras 67 horas de dolor, pero eso ya había pasado al olvido, solo tenía ojos para mirarte y asombrarme de que una cosa tan perfecta hubiera salido de mi, me parecía el mayor milagro que puede existir.

Luego vinieron los llantos durante las 24 horas del día, el no dormir, el pensar qué podía hacer para que estuvieras bien. Es normal que llore, me decían, todos los bebés tienen problemas con los cólicos, ya se callará, no te preocupes. Pero yo no podía dejar de preocuparme, pensaba que algo malo te pasaba y eso me hacía sufrir. Empecé a derramar lágrimas por tí ante mi impotencia por conseguir que estuvieras bien.

Recuerdo la primera vez que levantaste tu cabeza desde la cuna, fui corriendo a por la cámara de fotos y estuve dos horas esperando a que volvieras hacerlo para dejarlo plasmado en una foto que guardo con otras muchas que le siguieron. Muchas veces hemos visto juntas los albumes de fotos, ya que fui recogiendo tu día a día, tus logros, tus avances, tus primeras palabras, tu primer día de guardería con una mochila más grande que tú pero que te negaste a quitarte una vez te la puse, tu primera canción, ¿la recuerdas? "había una vez un barquito chiquitito..." aunque tuve que adivinarla pues con tu lengua de trapo solo decías "o podía avegar, uno cuato seis y si estas toria".

A la guardería le siguió el colegio. Te enfadabas cuando llegaban las vacaciones y si caias enferma, me hacías ir al cole para cogerte los deberes. ¿Te acuerdas cuál fue la nota más baja que tuviste durante toda tu andadura escolar? Fue en tercero de infantil, te pusieron un necesita mejorar en cortar con tijeras. Te enfurruñas cada vez que te lo recuerdo, pero es una forma de decirte lo orgullosa que estoy de ti.

Con el paso de los años llegaron los primeros problemas con las amigas, con tus primos, y por supuesto, con tu madre. Menos mal que siempre se nos ha dado bastante bien dialogar y fácilmente hemos resueltos los problemillas. Al principio eran los por qué, bueno al principio, en medio y siempre. Apenas aprendiste a hablar e incluso antes y ya empezaste a preguntar por todo, y eso siguió, y siguió y sigue. En ocasiones te decía, "anda mira a ver en el pasillo que las orejas se me han ido de paseo". Lo bueno es que la primera vez saliste disparada a buscarlas, pero en adelante te limitabas a mirarme con ojos de "no me lo creo".

Creo que tu vida ha sido, hasta el momento, feliz y me alegra haberte proporcionado, siempre que me ha sido posible, una infancia, adolescencia y más, todo lo agradable posible, esa era una de mis intenciones, ya que para sufrir siempre hay tiempo.

Esos tiempos han traídos estos. Ahora eres tú quién decide lo que quieres, sabes que cuentas con mi apoyo y siempre que me llames, ahí estaré. Te he enseñado a valorar el respeto a las personas y a uno mismo, te he enseñado a tener paciencia, a creer en tí misma. Sólo un deseo tengo para tí y aunque parezca un tópico, es que seas feliz.

Todo empezó un 10 de mayo de 1990.

lunes, 5 de enero de 2009

Carta a los Reyes Majos (2ª parte)


Queridos Reyes Majos:

Hace tantos años que no os escribo que ya se me ha olvidado como se hace. Pero este año tengo unos cuantos amigos (muy majicos todos ellos) cuyos deseos me han revelado, así que me hago portavoz de todos ellos y con la mejor de las intenciones esto es lo que pido para ellos.

Para Goethemalia: Creatividad. Paz interior. Mucha salud.

Para mi amigo Jubi: Este año solamente desea una cosa y no es para él: SALUD

Mi amigo Mateo Bellido desea: Salud, porque belleza nos sobra. Paz interior, y mucho más exterior. Los bombardeos israelies a la franja de Gaza es indignante. Amor, mucho amor. Si derramamos amor a borbotones, algo irá impregnandose La Tierra; y si lo hacemos muchos, podría convertirse en plaga.

Como amistad y fraternidad no están reñidas, mi hermana Sofi pide salud para alguien que quiere mucho

Para Fermín Gámez yo os pido mucha ilusión para que siga tendiendo abrazos y creando lazos de amistad sincera.

Mi amiga Julia desea: paz para el mundo (menos intereses mezquinoa que lo destruyen). Salud para ella, su familia y amigos y suerte para poder publicar libros.

Trini apuesta por: Salud fisica para unos. Salud mental para varios. Salud espiritual para otros... Salud. Serenidad. Comprensión.

Y para mi buen amigo Alatriste os pido temple, ánimo, ilusión y paz interior.

Por mi parte solo siento un enorme agradecimiento por mis nuevos amigos y os pido, tal vez, un poco de salud. Y para mi hija, salud y todo lo demás.

¡Qué fácil resulta pedir! Sin embargo no podemos olvidar lo que dice el refranero: "A Dios rogando y con el mazo dando". Cada deseo lleva implícito las ganas de ponerse manos a la obra; cada petición va arropada por el esfuerzo y cada palabra de las aquí expuestas, están cargadas de gratitud, afecto y cariño.

¡Muy feliz día de Reyes a todos!