Siempre me han impresionado los árboles. obsérvalos con atención: miran siempre hacia arriba, van buscando la luz, dan sombra, oxigenan el ambiente, otorgan colorido al paisaje, tienen imágenes curiosas y, en ocasiones, intrigantes.
Representan los anhelos e ideales, las ansias de superación. Nos hablan de optimismo, de avanzar. Están en continuo crecimiento.
Se dejan mecer suavemente por la brisa o se agitan violentamente por la fuerza del viento. Se doblan ante fuerzas mayores o se mantienen erguidos a pesar de las inclemencias. Despliegan sus ramas en todas las direcciones sin dar un solo paso. Pueden llegar a perder su belleza externa pero renacen con mayor esplendor si cabe. Sin embargo, también pueden llegar a caer y, de hecho, caen. Nada perdura para siempre, lo sabemos muy bien, pero sí podemos evitar que caigan prematuramente.
Dejemos a la naturaleza seguir su curso y que no se pueda decir que "aquí todo era bello hasta que llegaste tú"
Felices sueños
3 comentarios:
Los árboles son grandiosos, pero entre el árbol y la hierba, me quedo con la hierba, que esa no cae, caiga lo que le caiga encima. Eso si, queda un poco pisada. Besicos
Te felicito por tu blog. Vengo gracias a Sofi.
La entrada, magnífica, qué te voy a decir...precisamente yo. Porque Goathemala significa en nahual Tierra de árboles.
Saludos.
También comparto la atracción por los árboles. Tengo dos preferidos: la higuera y el olivo. Con los dos me siento unido a la tierra, de los dos disfruto y ellos me aportan riqueza en forma de frutos, sombra; también sabiduría si se les observa largamente.
Hasta luego.
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