martes, 18 de noviembre de 2008

Lugar entre colinas


Hace ya muchos años que visité el valle de Núria. Se encuentra a 2.000 metros en la provincia de Gerona. Es un hermoso lugar rodeado de montañas. Las palabras se me quedan cortas a la hora de expresar lo que sentí al verlo.
Sólo se puede acceder a él pateando piedras o cogiendo el tren cremallera. No sé cómo es el camino si se va descubriendo conforme los pies van dando pasos, pero la subia a lomos del cremallera es una auténtica maravilla. Conforme el tren asciende, el paisaje se va cerrando, tienes la impresión de quedar aprisionado entre las montañas, éstas se van acercando lentamente a derecha e izquierda. Imposible imaginar el final del trayecto, es como si el paisaje mismo te estuviera reservando la sorpesa final, esa que te hace exclamar ¡oh! cuando te muestra la majestuosidad del valle. De repente las montañas se distancian, se alejan para dar paso a un valle imposible, parece imposible que allá arriba exista un valle. Un lugar rodeado por montañas que más bien parecen pequeños montículos al alcance de la mano. Con razón el nombre Nuria significa "lugar entre colinas".
Un pequeño lago te da la bienvenida, un albergue te da cobijo y un santuario te invita a la oración. Todo el conjunto te habla de recogimiento, de majestuosidad y sencillez, te sientes minúsculo ante tanta grandeza, la grandeza del paisaje. No faltan un hotel de alto copete y la tienda de recuerdos, pero queda preservado del bullicio, de la comercialización sin freno que existe en otros lugares. El hecho de que la forma de llegar se encuentre tan restringida hace posible que uno sienta que se encuentra en un lugar especial
Allá arriba hace frío, mucho frío. La calefacción del hotel se mantiene encendida durante toda la noche y las señoras acuden a misa con abrigo de pieles apesar de estar en agosto. Hacia las seis de la tarde la raca empieza a cubrir el valle, la ves bajar lenta e inexorablemente hasta cubrirlo todo. Es hora, pues, de recogerse hasta que el primer rayo del sol te anuncia que un nuevo día comienza. Es hora de salir al aire libre y sin darte cuenta vas caminando en busca del sol todavía esquivo, no hay que subir demasiado, y no es extraño que encuentres ya cantidad de personas que al igual que tú, han llegado hasta allí guiados por el mismo sol. Impresiona el silencio, tan sólo un buenos días o un ligero movimiento de cabeza a modo de saludo, el resto es contemplar, resulta fácil mantener el silencio, estar allí es en sí mismo un regalo de valor incalculable.
Conforme el día avanza, se siente el calor del sol y el calor de la gente, como si de una gran familia se tratase. Algunos han iniciado la marcha hacia alguno de los picos más próximos, próximos en apariencia ya que de hecho se encuentran a varias horas de camino. Otros simplemente caminan por el valle y los ojos no se cansan de contemplar el paisaje.
Son muchos los años que han pasado desde aquel viaje y sin embargo guardo en mi memoria toda su majestuosidad, su grandeza y su belleza pues así es como lo ví y lo viví. Espero poder volver allí algún día y enseñarle a mi hija Nuria este lugar entre colinas.

6 comentarios:

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

No lo conozco. Cuando puedas ir con tu hija viviréis momentos muy emotivos porque ha quedado claro, con la descripción, que es un lugar que sientes mucho. No me extraña, es bellísimo.


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Saludos, Goathe.

Unknown dijo...

Nuria te encontré en una de las casitas virtuales de Pedro Pablo Santisteban; què bien describes en tu crónica el lugar Nuria, el valle entre montañas y altura; aquí en el Perú, en Los Andes hay valles es asì. Es tan hermosa la naturaleza, abrazos de Julia

Juan Escribano Valero dijo...

Hola Nuria: Despues de leer la derscrpción tan estupenda que has hecho de ese valle lamento muy de veras no tener algunos años menos y algo más de energia para poder vistarlo.
Te doy las gracias por traer el valle hasta mí, ¿te das cuenta que bueno es el Señor que pone a nustro alcance tanta belleza para que la disfrutemos?
Con respetuoso cariño un fuerte abrazo

Anónimo dijo...

Me hace daño ese nombre y mira que antes lo adoraba. Algún día te contaré la historia. Un beso muy grande.

Nuria dijo...

GOATHEMALA:
Si tiene alguna oportunidad, haz una escapadita, igual me apunto. Gracias.

JULIA:

De ahora en adelante me sentiré hermana contigo. La grandeza de la naturaleza y la red lo han hecho posible. Besos

JUAN ESCRIBANO:

Si utilizas el coche y el cremallera, la cosa está hecha. Engaña a alguno de tus hijos, jajaja. Besos

ALATRISTE:

Lamento el haberte esctritecido, sin embargo ahora puedes asociar este nombre a una nueva amiga. Besos

Sofía Campo Diví dijo...

No tengo la suerte de conocer este lugar, pero vivo entre montañas y reconozco esa sensación que cuentas. El Pirineo está lleno de estos lugares paradisiacos y escondidos, incluso conocemos algunos que no conoce nadie y que casi no los transita nadie. Ya los veremos algún día juntas.
A ver cuando me traen mi ordenador, ya limpio del troyano o lo que sea,que ahora estoy funcionando con uno del año la pera que casi no me deja hacer nada. Besicos