sábado, 8 de noviembre de 2008

Chicas y chicos de oro



Hace pocos días rescaté del olvido esta entrañable y divertida serie. Cuatro señoras que protagonizan mil y una historias a cuál más divertida, pero siempre con un mensaje entre líneas sobre la convivencia, las relaciones personales y la superación.

No obstante ahora quiero hablar no de estas cuatro chicas de oro sino de las que podemos encontrar muy cerca de nosotros. Yo tengo el orgullo de contar entre mis alumnos con unas chicas de oro para admirar. Tres mujeres mayores (o por lo menos eso indican sus respectivos DNI) que están dispuestas a estudiar matemáticas. Normalmente trabajo con alumnos algo más jovencitos, esos a los que por algún extraño motivo, se les atragantan las matemáticas. Sin embargo, ahora puedo premusir de poder contar con la presencia de tres mujeres de aupa para las que aprender ¡matemáticas! se ha convertido en un reto y están dispuestas a aprender. Resulta contagioso su afán por comprender eso que han tenido atragantado desde hace ni se sabe el tiempo.

La edad no es ningún obstáculo para hacer cosas nuevas. Desde aquí quiero aplaudir a tantas personas ¿mayores? que siguen ilusionándose con nuevas cosas, que se atreven con aquello que parece les está vedado, que nos dan ejemplo de superación. Lo mejor de todo es que no se agobian, van a su paso y nos demuestran que lo importante es seguir caminando, que nunca es tarde para aprender, que cada día tiene un montón de posibilidades, en definitiva, que la edad no es impedimento para seguir disfrutando de la vida.

Ojala cuando seamos chicas o chicos de oro, tengamos ese ímpetu, esa ilusión y esa decisión por llevar adelante un nuevo proyecto. Olé por ellas y por ellos.

5 comentarios:

Sofía Campo Diví dijo...

Todavía recuerdo un compañero de universidad que con 50 años y 10 hijos estudiaba filología y una señora de cerca de ochenta que también lo hacía y con ganas además. Nuestro padre, para más ejemplo, estudió la carrera de económicas y la terminó cuando eran casi cincuentón y hoy día sigue estudiando teología y asistiendo a clase y examinándose a sus casi ochenta. Y es que el espirítu de superación es inagotable. Besicos

LUISA M. dijo...

Yo recuerdo aquella serie, era muy divertida, cada "chica" con sus peculiaridades, pasé buenos ratos viéndola.
Haces bien en dar a conocer a esos "chicas y chicos de oro" que siguen aprendiendo con ilusión y pueden enseñarnos ¡tantas cosas! Merecen nuestro aplauso y nuestro reconocimiento.
Amiga Nuria:
Tienes un regalito para ti en mi blog. Pásate a recogerlo cuando puedas.
Besos.

unjubilado dijo...

Todos recordamos cosas, pero yo no recuerdo cuantas son 2 y 2.
Como publicaré en un nuevo post si se ponen en horizontal son 22 y si están uno encima de otro son cuatro, pero esto último, no lo tengo muy claro que luego viene Hacienda y se lleva 1, y restar ya se me ha olvidado.
Un aplauso a tod@s es@s chic@s que se animan a seguir estudiando, yo lo voy haciendo a mi manera.
Un abrazo

Anónimo dijo...

En su día también fui muy aficionado a esta serie. Recuerdo que era un niño, pero me gustaba lo divertida que era y es que siempre me gustó mucho reír.
Un abrazo amiga.

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Me acuerdo perfectamente. Me gustaba.
Olé por tus alumnas mayores, encomiable. Las ilusiones de un anciano (o de una persona adulta) me maravillan tanto como la inocencia de los niños.

Saludos.